A raíz de la sentencia 672/2019, el Tribunal Supremo ha considerado delito grave la manipulación del tacógrafo en camiones y autobuses. Esta práctica, que anteriormente se consideraba una infracción administrativa, penada con 4.001 euros de multa para la empresa y una sanción de 500 euros y la retirada de 6 puntos del carnet de conducir, para el conductor, ahora se tipifica como un delito de falsedad en documento oficial con todas las implicaciones legales que ello conlleva. Pero, ¿qué significa esto para los transportistas y qué medidas se pueden tomar para evitar consecuencias negativas?
Nuestro experto en trasportes, aclara cómo procede la jurisprudencia ante la evidencia de una manipulación del tacógrafo en un vehículo…
El fallo judicial, respaldado por la Fiscalía, establece cuatro elementos fundamentales para calificar la manipulación del tacógrafo como delito:
- Documento: la información almacenada en la memoria interna del tacógrafo se considera un documento electrónico y los recibos o tickets, que se expiden para obtener la información registrada, son copias de este documento.
- Oficialidad: cuando la manipulación tiene como finalidad registrar datos incorrectos para sortear los controles administrativos, se considera un documento oficial.
- Manipulación: cualquier procedimiento fraudulento que resulte en la alteración de los registros del tacógrafo, ya sea mediante manipulación analógica o digital, constituye un delito.
- Intención: la manipulación del tacógrafo debe realizarse con la intención de eludir los controles policiales y administrativos.
Ejemplos de manipulación del tacógrafo tipificados como delito
Cualquier procedimiento de manipulación fraudulenta del tacógrafo que dé como resultado la alteración de sus registros, se considera delito penal. Junto a la utilización de la tarjeta de otro conductor o de una tarjeta de tacógrafo falsificada, serían considerados delitos penales:
- Tacógrafos analógicos: acciones como la manipulación del reloj mediante cortes de corriente, interrupciones en la corriente de contacto, el generador de impulsos, o la utilización de dispositivos para capturar impulsos que no son registrados por el tacógrafo.
- Tacógrafos digitales: alteración de parámetros de calibración durante intervenciones técnicas, como cambiar, fraudulentamente, las constantes de dimensiones de los neumáticos o de la caja de cambios del vehículo. También se considera delito la manipulación de los sensores de movimiento, no solo con imanes, sino también mediante técnicas más sofisticadas como la duplicidad de sensores o el hackeo de su software.
Implicaciones legales y seguridad vial
La manipulación del tacógrafo no solo conlleva sanciones administrativas, sino también graves consecuencias penales. Los conductores y los titulares de las autorizaciones de transporte pueden enfrentarse a multas, pérdida de puntos en el carné de conducir e incluso penas de prisión de hasta 3 años en casos de accidentes graves donde se demuestre la manipulación del dispositivo.
Pero, además de las implicaciones legales, la manipulación del tacógrafo representa un grave riesgo para la seguridad vial. Al simular períodos de descanso inexistentes, los conductores pueden estar al volante durante períodos prolongados sin el descanso necesario, lo que aumenta significativamente el riesgo de accidentes. Esta práctica también desactiva los sistemas de seguridad de los vehículos, como el ABS o el control de velocidad, poniendo en peligro la vida de los conductores y de otros usuarios de la carretera.
Cuándo no sería delito
No se encuentra tipificado como delito el hecho de no utilizar de forma correcta el selector de actividades para registrar las horas de presencia y otros trabajos. Este caso en concreto sería calificado como infracción administrativa y conllevaría una sanción de 1.001 euros.
Prevención y medidas correctivas
En Tevagui creemos, firmemente, que la prevención es la mejor solución para evitar la manipulación del tacógrafo. Es fundamental impartir formación a los conductores sobre la importancia del cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso, así como realizar un seguimiento periódico de la información registrada por el tacógrafo mediante software especializado, pues la sentencia del Tribunal Supremo permite, además, imputar a la empresa del transportista que ha manipulado el tacógrafo.
Una buena praxis empresarial sería la creación, por escrito, de unas «Instrucciones del tacógrafo» para el trabajador transportista, donde se detallen las alteraciones del tacógrafo prohibidas por la empresa, advirtiendo de las posibles sanciones disciplinarias y legales que tendría su incumplimiento.
En caso de que se produzca una infracción, es crucial contar, tanto para el transportista como para la empresa, con el asesoramiento de abogados especializados para evitar consecuencias mayores. En Tevagui, tenemos el nuestro, Alejandro Acebal, que ha prestado su experiencia y asesoramiento durante la redacción de este post.
¿Tienes alguna duda al respecto? Déjala en los comentarios o contáctanos, estaremos encantadas de ayudarte, como siempre.